Hace seis años, Nueva York fue uno de los primeros estados en adoptar un salario mínimo de 15
dólares. Pero con los precios subiendo al ritmo más rápido de los últimos 40 años,
desde la gasolina y el alquiler hasta los comestibles y todo más- y el salario mínimo congelado
a los 15 dólares, los neoyorquinos están exprimidos y las familias no pueden llegar a fin de
mes con 15 dólares la hora.
La solución está clara. Es hora de que nuestros legisladores electos en Albany restauren el valor perdido del salario mínimo de Nueva York y se aseguren de que nunca más se quede atrás.
El salario de los trabajadores debe estar a la altura del aumento de los costes. Mediante la "indexación" del salario mínimo -una fórmula que vincula los aumentos anuales automáticos al costo de la vida y a las ganancias de productividad laboral de los trabajadores- Nueva York puede evitar que el salario mínimo se quede atrás y puede ayudar a más familias a prosperar. De hecho, Nueva York ya está utilizando con éxito esta fórmula de indexación para aumentar gradualmente el salario mínimo en el norte del estado hasta los 15 dólares.
Dieciocho estados, además de Washington, D.C., indexan cada año su salario mínimo al aumento del costo de la vida. Es hora de que Nueva York, tras recuperar el valor perdido del salario mínimo, adopte la indexación de forma permanente y en todo el estado.
Los trabajadores de Nueva York necesitan que el poder legislativo actúe con rapidez para actualizar el salario mínimo del Estado y mantenerlo robusto.
Esto es lo que ocurriría en cada región del Estado si se aprueba el proyecto de ley:
Los trabajadores están hartos de los bajos salarios y las malas condiciones laborales. Por eso cada vez más personas alzan la voz, se oponen a las empresas y se unen para luchar por sus derechos laborales.
Un salario mínimo más alto ayuda a los trabajadores de todas las categorías raciales, étnicas y de género, especialmente a las mujeres y a los trabajadores de color, que están sobrerrepresentados en empleos mal pagados y fueron los más afectados por la pandemia.
Aumentar e indexar el salario mínimo de Nueva York beneficia a todos los neoyorquinos mal pagados y contribuye al progreso de nuestro estado para lograr una mayor equidad racial y de género. Es una forma poderosa de mejorar la vida de millones de familias trabajadoras y remodelar nuestra economía para que funcione mejor para todos.